domingo, 31 de octubre de 2010
Muchacha ante el espejo un día cualquiera (introducción y día I)
Comencé hace dos semanas un experimento poético que no he podido concluir, por razones de tiempo.En una conversación con algunas letradas, entre ellas Cami, Juli e Ivi sobre que muchas veces cómo se sienta una mujer consigo misma depende del día, empecé a gestar la idea de, durante un tiempo determinado, prestar atención a cómo me sentía al mirarme al espejo,y luego tratar de ponerlo por escrito.
Al día siguiente alguien me preguntó que qué pensaba cuando me miraba al espejo. Así que lo tomé compo un pequeño empujoncito divino para mi proyecto, y comencé.Aún no está terminado, y pueden imaginarse que implica un trabajo espiritual y literario bastante intenso. A pesar de que el experimento no está completo,porque solo llegué a escribir dos días (la semana que viene empiezo de vuelta, tratando de escribir la semana completa y continuada, estos primeros dos días me gustan mucho y quiero compartirlos con ustedes.
Así, pues, ya sin más preámbulos, vaya, con una especial dedicatoria para mis amigas letrradas el incio de Muchacha ante el espejo un día cualquiera. Más tarde publicaré el día II:
Muchacha ante el espejo un día cualquiera
“I make questions,
I’ve got dreams
and I still want to believe
that anything can happen in this world
for an ordinary girl!" (Hanna Montana, ordinary girl)
Día I
Mañana
Sonrío. Algo no encaja:
El sueño brilla demasiado entre los párpados,
Y toda un aura demasiado azul
pinta la piel con los brillos del pañuelo.
El pelo ni si quiera obedece
al desarreglo;
El perfume de rosas
Embriaga cada duda
con la canción de un sabor nuevo,
pero no la ahoga…
Armonía en celestes
y perfume de rosas.
Y sin embargo algo no encaja:
afuera diluvia.
Tarde
Maldición y bendición:
¡No soy una muñeca!
El exámen,
los miedos,
la música y los dulces
pesan sobre los hombros.
Cada verso se impregna entre las venas,
como un tatuaje místico
sobre mi cuello.
Y esa mirada ausente que no consigo
despegar de mis labios
también pesa.
El dulce lamentar recorre mi garganta
arrastrándolo todo
al pasar por mi pecho.
Mi abdomen parece
algo informe,
si pienso en las vidrieras…
¡Vidrios, vidrios!
¡puntadas en las piernas!
¡Palabras saladas!
¡Universos,
fantasmas.!
¡pensamiento ágil!
Y sin embargo
sobre el punto más alto de la cruz,
en mis rodillas
ya voy sintiendo el tiempo.
Recorro con las manos
cada sombra que pesa:
¡Aquí estoy!:
¡No hay máscaras, ni cortes
Tinturas, ni agregados!
Ni hay maquillaje, apenas
Hay perfume de rosas…
No hay calzado de marca que me cubra
___ ¡Qué importa, si yo veo
mis zapatos de cristal?! __
No soy perfecto plástico,
Soy polvo,
Y polvo tuyo:
polvo tuyo, tal como Tú lo hiciste
Y así soy libre…
Sonrío:
algo no encaja.
miércoles, 13 de octubre de 2010
Mi realismo
La carroza se aleja,
se quiebra en mil raíces;
Los versos quedan
al acecho
ahullando:
Estás?
Y no los oyes?
Son un conjuro
para que la carroza
vuelva alguna vez,
Cuando despiertes...
se quiebra en mil raíces;
Los versos quedan
al acecho
ahullando:
Estás?
Y no los oyes?
Son un conjuro
para que la carroza
vuelva alguna vez,
Cuando despiertes...
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