viernes, 19 de mayo de 2017

Sabrina




A la joven que nos hizo soñar
con los perros caniche,
el pelo corto
y los vestidos de Givenchy,
a la hija del chofer
no le falta nada:
ella canta La vie en rose
y quien cae a sus pies
es nada menos que Humprey Bogart.

Dinos, Audrey,
¿cuál es tu secreto,
dónde encontraré
mi París?

sábado, 29 de abril de 2017

Victor Laszlo leyendo Mujercitas


Victor Laszlo leyendo Mujercitas


Duermes, querida Ilsa.
Ya, casi, somos viejos.
Duermes y te has dejado, junto al velador
—cuya luz resalta
las ondas, aún brillantes, de tu pelo—
ese libro pequeño,
—de tapas amarillas
y páginas marrones
(fuera de la pantalla, en nuestra vida
 se distinguen
los colores)—,
ese libro pequeño
que lees tantas veces:
Mujercitas.

Desde allí una chica de vestido naranja.
me sonríe
mientras un muchachito la persigue.
¿Por qué sonríe ella? ¿Por qué él la persigue?
Me esfuerzo en recordarlo:
tantas veces lo has leído…
tantas veces me lo habrás contado…
pero no lo recuerdo.

Me he desvelado
—mientras los años pasaban bajo el puente—,
me he desvelado,
tratando de mirarte. Pero
te escondes en el sueño;
así como te escondes, no sé dónde
—cada vez más, según pasan los años—,
cada vez que enciendo un cigarro,
cada vez que, sosteniéndote el sombrero,
ves pasar un avión…

En el desvelo ya me va cazando, desde la mesa de luz
la sonrisa de papel de la muchacha.
Hace mucho que no decido nada con tanta fuerza: abriré el libro.

Peino las páginas
con la yema de mis dedos:
el polvo vuela hasta mis ojos. Los entrecierro.
Acaricio las letras. Entra un poco de frío:
tú te das vuelta entre las sábanas.

Entre las páginas, en  el ático de las muchachas,
también corre frío,
mientras Jo construye castillos de tinta
para sus hermanas.

La madrugada me alcanza
enamorado de Joe,
con la tristeza de que ese beso bajo el paraguas
no conformó
 a ningún lector
(y tampoco a ella).
Bajo el paraguas
Bhaer tiene mi rostro.

Yo sé que Laurie Laurence,
muchas veces
entre tus párpados, que se abren soñadores,
toma un whisky, y enciende un cigarro con un gesto
demasiado suyo para que no me duela.

viernes, 31 de marzo de 2017

La la land


La la land
I (Lovely night)

Tu vestido amarillo,
mi corbata,
la colina,
aquella extraña luz
y nosotros. Todos
giramos.

Giramos
mientras nuestros labios
dicen no
pero nuestros cuerpos
y el vestido amarillo
y la corbata
y la colina
y aquella extraña luz
y la omnipresente música
que todo, todo
lo envuelve
trinan:
“Qué tal si…”

domingo, 5 de marzo de 2017

"Love" is a closed door



Al príncipe Hans de las Islas del Sur, que todas hemos sufrido.



Golpeo la puerta.
Elsa no responde;
no comprendo.

No pretendo engañar a nadie
Pero me engaño
a mí misma:
bajo el atolondrado despertar,
la torpeza, el pelo enredado
y las sonrisas
reina la soledad. Reina
el miedo.

Golpeo la puerta.
Tú abres.
Con el tiempo,
me golpeas.
Cierro la puerta.

Cierro la puerta
para siempre (¡Libre soy!)
y me voy a cantar
a otro lugar
donde la magia es tan fuerte
que transforma en sabiduría
hasta a las piedras.

Cierro la puerta
para siempre
 y me voy a cantar a otro lugar
donde realmente
podré encontrar
abrazos cálidos.


Cierro la puerta:
aunque vivieras lo suficiente
para ver morir a tus doce hermanos
y convertirte en heredero del reino,
jamás
serás un príncipe.


Y entonces,
al calor del fuego
(por algunas personas derretirse
vale la pena)
,
abro la verdadera puerta.

Abro la verdadera puerta:
siento la nieve
convertirse en flores.